MESTIZAJE

Si de algo debemos estar orgullosos los españoles es de que por donde hemos pasado siempre fuimos propensos a valorar aquello que encontrábamos y no dudamos jamás en formar parte de las costumbres, adoptándolas en muchos casos. La mejor muestra de ello es el gran mestizaje dejado tras nuestra presencia en todas partes del mundo.

Ya sé que al tratarse mayormente de conquistas territoriales siempre se pondrán por delante las vidas dejadas para lograrlas, omitiendo, muchas veces intencionadamente, todo lo que se aportó por nuestra parte. Pero (sin que sirva de justificación) eso no es exclusiva nuestra sino de toda conquista territorial en cualquier época y parte del mundo.

Cuando España colonizó distintas partes del mundo esos territorios conquistados nunca fueron declarados “colonias” sino “provincias” partes del propio territorio español, al igual que las demás provincia de la península y por lo tanto sus habitantes fueron considerados “españoles” desde el primer momento. Se dictaban leyes específicas en defensa de esas gentes que fueron explotadas y esclavizadas por parte de la mayoría de conquistadores, la mejor prueba de ello fue que al enterarse el Rey Felipe II de todas estas atrocidades dictó una ley en la que se establecía por orden real que los “indígenas” deberían tener un régimen de trabajo de ocho horas, otras ocho para su vida personal y las últimas para el descanso. Evidentemente esta ordenanza real nunca llegó a cumplirse por parte de los colonos. Así que esa es en realidad la primera ley de régimen de trabajo de ocho horas que se implantó en el mundo y que hasta el siglo XIX no se empezó a luchar, a nivel internacional, para poder conseguirla años más tarde.

Pero el tema a tratar hoy es el del mestizaje. En ninguna parte del mundo existe más mezcla de razas que en América (hablo de los territorios conquistados por los españoles, en las demás zonas de conquista inglesa o francesa esto nunca llegó a suceder) allí desde el primer momento se mezclaron blancos con aborígenes y también con negros, luego vendrían las demás mezclas hasta formar un grupo inmenso de colores de piel. Y toda esa situación era tomada como algo normal en esas tierras y en la nueva sociedad que en ellas se estaba creando, cosa que en España jamás sería posible y ni siquiera imaginable.

Otra de las cosas curiosas que sucedieron fue la de que cuando se abolió la esclavitud los “negros libres” siguieron manteniendo su nombre pero el apellido que se le otorgaba era el que tenía su amo, y aún en la actualidad la gente de raza negra americana sigue conservando apellidos españoles.

A continuación podemos ver algunos ejemplos de mestizaje americano que nos aclarará, si cave, la mezcla y sus respectivos nombres en distintos lugares, como también el porcentaje de indígenas que existen en los países americanos.

ROBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ.

Mestizaje en «La Nueva España» (México)

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