RECORDATORIO

Carros tirados por vacas,

la vendimia, la matanza,

el horno con pan de centeno

y la gente en la labranza.

*

Domingos siempre con misa,

inviernos de nieve y frío,

un afilador que regresa

y los juegos entre amigos.

*

Ancianas de eterno luto,

cosechas siempre inciertas,

la carta del emigrante

y el agosto con fiestas.

*

Unas “chanquiñas” nuevas,

el coche de linea repleto,

la muerte de algún vecino

y a la Guardia Civil respeto.

*

Por las noches el rosario,

en las mañanas la escarcha,

un ternero que se vende

y otro emigrante se marcha.

*

Así era la vida en la aldea,

sin esperanzas de progreso,

a veces pasando hambre

y otras veces a pan con queso.

*

ROBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

*

TIEMPOS DE NIÑEZ

Conocíamos muy bien la aldea,

sus rincones y escondrijos,

porque ella era nuestra

y nosotros éramos sus hijos.

*

Como nerviosos gorriones

de un lugar para otro,

inventando nuevos juegos,

ensuciados por el lodo.

*

Así fue aquella infancia,

sin pan ni preocupaciones,

cantando el “cara el sol”,

porque no había más canciones.

*

Con el tiempo eso pasó,

dejamos ya de ser niños.

Supimos que había algo más

del otro lado del Miño.

*

Cada cual levantó vuelo

rumbo a la emigración,

alguno que quedó en el pueblo,

no tuvo otra ocasión.

*

Ahora cuando nos juntamos

a contar nuestras historias

añoramos aquella niñez,

con juegos penas y glorias.

*

En la aldea ya no hay niños,

nadie juega en los rincones,

las madres no gritan nombres…

No hay geranios en los balcones.

*

ROBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

*

LAS MATRIARCAS

Las matriarcas gallegas

fueron del campo el sustento,

viudas de una emigración

ingrata en todo momento.

*

Durante cientos de años

lucharon a brazo partido

esperando en silencio

la vuelta de sus maridos.

*

Hoy, nadie ya las recuerda,

porque aquello ya ha pasado,

en Galicia no quedan matriarcas,

ni emigrantes retornados.

ROBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

¿DONDE ESTA LA NAVIDAD?

Miro a mi alrededor y no la veo,

por mucho que lo intento no doy con ella,.

Hablo de la Navidad

la blanca, simple y bella.

*

Por todos lados hay luces,

la gente enloquece en todos lados

con el simple objetivo

de compara y comprar regalos.

*

Hasta nos han impuesto

un nuevo y extraño elemento,

se trata de un tal Noel

que a todos deja contentos.

*

Nos enloquece el consumo,

nos imponen grandes manjares

y si no estás de acuerdo…

no eres de estos lugares.

*

Pero la Navidad no es eso

que ahora nos rodea.

La Navidad es Jesús,

el que en Belén naciera.

*

Esa fiesta religiosa,

se nos fue ya de las manos.

Esa fiesta es villancicos

cantados con padres amigos y hermanos.

*

¿Dónde está la Navidad,

aquella de las aldeas.

La que juntaba familias

y se alumbraba con velas ?

*

Mucho me temo

y de corazón lo siento

de que ya es imposible

regresar a aquellos momentos.

*

ROBERTO GONZALEZ RODRIGUEZ

*

VERSOS A GALICIA

Galicia, lugar de encuentro,

rincón verde en España,

de historia larga y triste,

a la que dos mares bañan.

Galicia, la tierra amada,

la de antes y de ahora.

Es como una vieja madre

que a sus hijos siempre añora.

Galicia, triste morriña

de todos los que se fueron.

Algunos yacen olvidados,

otros pocos se volvieron.

Galicia, la más hermosa,

eterna patria querida.

Eres lo más precioso

que me pasó en la vida.

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ROBERTO GONZALEZ RODRIGUEZ

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MORRIÑA

 

Estas gaviotas no son

como las que había en la ría,

tampoco lo es el mar,

ni el cielo, ni la brisa.

Es que no hay en el mundo nada

que se parezca a Galicia,

ni a su verdor, ni a su gente….

Yo la extraño cada día.

*

Rías baixas, es mi tierra,

el Cantábrico mi mar,

pero la vida me ha llevado

a vivir en otro lugar.

El tiempo sigue pasando,

y siempre sueño con regresar

al lugar donde he nacido…

“Miña terriña, meu lar”

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ROBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

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UN HOMBRE ELEGANTE

Siempre usaba sombrero,

hiciese frío o calor.

Siempre usaba sombrero

aquel distinguido señor.

*

Con su traje gris oscuro,

los zapatos bien brillantes,

la camisa impoluta,

era recio y elegante.

*

Llevaba portafolios marrón,

en la solapa una flor,

no hablaba nunca con nadie,

o eso creía yo.

*

Desde la vieja ventana

lo veía pasar cada día.

Esperaba su llegada,

sabía que no faltaría.

*

Pero una vez no pasó,

era por la mañana

y supe que ya nunca más

me pondría en la ventana.

*

Tardé en saber la verdad

y confirmar el presentimiento,

oí decir a un vecino

que aquel hombre había muerto.

*

Supe también que vivía

sólo en una pensión,

Que había nacido en Galicia,

en el pueblo de Padrón.

*

Desde entonces y hasta ahora

una tristeza me aterra,

por aquel hombre elegante

que ya no volverá ver su tierra.

*

ROBERTO GONZALEZ RODRIGUEZ

*

EL ÚLTIMO VIAJE

Muchas veces he vuelto a la aldea,

siempre con alegría e ilusión.

Cuando me iba pensaba en volver

cosa que no pasa en esta ocasión.

*

Llevo muchos años de emigrante,

me ha ido bien, queja no tengo.

Vivo lejos de mi querida tierra

pero cuando puedo, vengo.

*

Ahora, llegando a los ochenta,

me alejo del pueblo triste y llorando,

porque sé que no volveré a pisarlo

y que para siempre lo estoy dejando.

*

Mi hijo me mira y sin decir palabra

sabe por lo que lloro, me entiende.

Entonces, al oído le susurro:

“Hijo, quiero que aquí me entierren”.

*

ROBERTO GONZALEZ RODRIGUEZ

*

PENSANDO EN EL PASADO

No puedo dejar de pensar

en los prados y las tierras

de aquel hermoso lugar

donde un día nací, mi aldea.

*

Un diminuto punto del mapa,

siempre verde y soleado,

del que una mañana partí

y al que no he regresado.

*

Recuerdo el frescor de sus campos,

las mañana envueltas en bruma,

y sus gentes trabajadoras

sin esperanza alguna.

*

Como gotas que van cayendo

todos nos fuimos alejando,

algunos a tierras lejanas,

otros al campo santo.

*

Hoy, es un montón de ruinas

olvidadas hace muchos años.

Nadie cuida de las tierras

ni pasea los rebaños.

*

¿Y quien fue el culpable

de que eso sucediera?

Seguramente la pobreza

que se convirtió en miseria…

Pero también algo tuvo que ver

aquella maldita guerra.

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ROBERTO GONZALEZ RODRIGUEZ

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PARTE DEL CAMINO

Cuando María dio a luz

en Galicia no sabían

que ese niño Jesús

a Santiago mandaría.

*

Ni que un camino acaba

en este rincón de la patria.

Ningún gallego pensaba

en semejante importancia.

*

Hoy, dos mil años después,

siguen llegando peregrinos,

que guiados por la fe

forman parte del camino.

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ROBERTO GONZALEZ RODRIGUEZ

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Los distintos caminos que llevan a Santiago